Bueno, confieso que en principio
cuando oí el nombre, me costó ubicarla unos instantes, yo había estudiado en
mis tiempos éstas islas como las Islas Célebes y confieso que no se me había
pasado por la cabeza que sería un destino de buceo tan sorprendente e
interesante. Como todos los viajes hacia el este, hacia la zona del
indo-pacífico, se trata de un viaje largo, de muchas horas, con un puente aéreo
a Barcelona, después con la Singapur Airline, hacia Singapur (que tiene un
aeropuerto espectacular, con jardín botánico y lago con carpas de colores) con
escala técnica en Milán, para proseguir hasta Manado,
capital de Sulawesi
Norte, con la Silkair Airline en total unas veinticinco horas de viaje, la
ventaja es que el Liburán (nuestro barco vida a bordo) estaba allí, no teníamos
que irnos en bus hasta el lugar de atraque.
Nos esperaba en un lugar alejado
de los puertos tanto mercantiles, pesqueros o deportivos, en un muelle pequeño
a las afueras de la ciudad, pero bueno eso era lo de menos, abordamos el barco
y nos acomodamos en él, no era un barco lujoso, más bien bastante antiguo y
usado, con muchas millas a su costa, pero estaba operativo y eso era lo que nos
importaba.
Al amanecer partimos hacia la reserva de Bunaken, donde hicimos
varias de las inmersiones, espectaculares, infinidad de nudibranquios,
inmersión en Barracuda Point, para avistar un gran tifón de barracudas, vida
pequeña la verdad pero muy
interesante, desde Bunaken seguimos más al norte
hacia las islas de Bangka y Ganga, inmersiones muy interesantes y llenas de
sorpresas, era la primera vez que veía el pez mandarín, que está catalogado
como uno de los más bellos del mundo, es una inmersión curiosa, nos sumergimos
hacia el atardecer a la puesta de sol, lo que se denomina una inmersión
“sunset” y fuimos hasta unas formaciones de coral grandes, la forma de
avistarlos era quedarnos quietos en la proximidad y esperar, intentando no
espantarlos o asustarlos, ya que viven entre el coral ocultos y es difícil verlos
¿por qué hay que esperar… agazapados…? Pues muy fácil, al atardecer cuando casi
no hay luz, salen del arrecife en parejas para aparearse y es curioso verlos,
sale la pareja juntos, unidos por el lateral, están unos segundos juntos y en
el cortejo nupcial, el macho suelta el esperma que fecunda a la hembra, nada
más hecho esto desaparecen en un abrir y cerrar de ojos.
Peces cardenal, cobra marina,
peces sapo de diversos aspectos, peces hoja, en fin un sinfín de especies
diversas y vistosas, pero desde ahí nos fuimos a lo que sería la estrella del
viaje, el estrecho de Lembeh, una isla pequeña que está al este de Sulawesi
norte, alargada muy cerca de ésta, por lo que forma un canal en sentido
norte-sur, llamado “Estrecho de Lembeh”
debido a la isla del mismo nombre, es
un estrecho con bastante circulación naval, con un fondo de arena volcánica
negra, en la que las poblaciones ribereñas vierten sus desperdicios y basuras,
a simple vista nada atractivo ¿verdad? Los fondos marinos son además de con
poca visibilidad, nada espectaculares en cuanto al paisaje, más bien tirando a
“feo” pero… claro, si esto fuera todo, pues en efecto hacer diez mil kilómetros
desde casa, para bucear en un lodazal,
pues no tendría sentido, el “muck
diving” es éste tipo de inmersiones, dónde lo verdaderamente importante es el
tipo y la diversidad de fauna, más que flora que encontramos en estos fondos,
si nadie te previene dirías que te has sumergido en el fondo de un lodazal, más
o menos… Aris nuestro guía local, nos dio las instrucciones precisas “no paséis
por alto nada… una lata, un zapato… una caja… cualquier objeto que se haya
depositado en el fondo, es un escondrijo para cualquier habitante de la zona…”
y en efecto así era, cuando comenzamos la inmersión la visión era horrenda… arena
negra, aparentemente sin vida,
sin rastro de seres vivos, pero fieles a lo que nos dijo Aris, inspeccionamos cada rincón que se nos ofrecía a la vista, empezamos a ver animales que no se nos habrían ocurrido que estuvieran, pulpo mimic… que se mimetiza y toma el aspecto de animales peligros y de los más venenosos, como un pez escorpión, o de la cobra marina o de un lenguado… etc. vida oculta sí, pero que está ahí y de lo más curiosa y variopinta, es para verlo más que para contarlo… creo que no sabría contaros las emociones y las vivencias, tan en primera persona, belleza, emoción, sorpresa, admiración, fascinación, interés, atracción, embeleso, paz, armonía… y así un sinfín de sentimientos todos positivos.
Cuando esta zona la hubimos terminado, regresamos otra vez al punto de partida, haciendo alguna inmersión más en sitios visitados antes, pero que dado el interés que representaban resultaba interesante volver a visitar esos lugares. Como en el resort Paradise, que estaba cerrado al cuidado de un par de familia que velaban por mantener en la medida
de lo posible las instalaciones, pues curiosamente, hicimos una nocturna debajo del pantalán, poco profunda, pero de una riqueza de fauna increíble, fue fascinante, volvimos por Bunaken a Manado, desembarcamos y nos llevaron al Tasik Ria, nuestro resort para los tres días restantes, muy cómodo y muy exótico, para visitar lo zona norte y hacer algo de turismo.
Fue muy curiosa las visitas, como no es una zona
de monumentos salvo el cristo, el segundo en tamaño de todo el mundo, detrás en
tamaño del de Rio… el Cristo Redentor, bueno éste de Manado, tiene una actitud
algo más dinámica, está como lanzándose en salto base, pero sin paracaídas (par
eso es el hijo de Dios… no le hace falta…) la paradoja era que, en un país
eminentemente musulmán como es Indonesia,
Sulawesi norte, es en un 90% de confesión cristiana, en distintas y variadas ramas, desde Católicos, Luteranos, Protestantes, Adventistas etc. y como estábamos en Semana Santa, había bastantes manifestaciones religiosas, no vimos procesiones como aquí en España, pero… en el lugar donde más iglesias por kilómetro cuadrado he visto es allí y todas abiertas al culto, hay como una especie de competencia aunque según nos dijo nuestro guía en tierra Cliff, (a mí el nombre me recordaba a un cantante de los sesenta “Cliff Richard” y en efecto nos contó que le puso ese nombre su madre que había sido fan de éste cantante), que no había disputas entre las distintas confesiones, simplemente si una
confesión cualquiera abría una nueva iglesia,
el resto abrían al lado cada una la suya, como aquí cuando en una gran
superficie se instalan las tiendas, que son todas las mismas en los centros
comerciales. Nos llevó a ver el centro de la ciudad, pero también nos llevó al
interior de la isla, al Cráter del Volcán Mahawu cerca de Tomohon, que está
inactivo (o estaba) aunque desprende azufre, las lagunas interiores del volcán,
están teñidas de amarillo en los bordes, es el depósito de azufre que queda
después de la evaporación del agua, comimos en un restaurant del Lago Tondano,
que tiene el agua
el viaje tocaba a su fin y ya pensando en la siguiente aventura, en el siguiente viaje... ciao amigos, hasta la vista.
(Cortesía de Santi) |
:)
ResponderEliminarMuackkssss Ter.... :-)
Eliminar