lunes, 30 de junio de 2014

Sulawesi…. Norte

Bueno, confieso que en principio cuando oí el nombre, me costó ubicarla unos instantes, yo había estudiado en mis tiempos éstas islas como las Islas Célebes y confieso que no se me había pasado por la cabeza que sería un destino de buceo tan sorprendente e interesante. Como todos los viajes hacia el este, hacia la zona del indo-pacífico, se trata de un viaje largo, de muchas horas, con un puente aéreo a Barcelona, después con la Singapur Airline, hacia Singapur (que tiene un aeropuerto espectacular, con jardín botánico y lago con carpas de colores) con escala técnica en Milán, para proseguir hasta Manado,



capital de Sulawesi Norte, con la Silkair Airline en total unas veinticinco horas de viaje, la ventaja es que el Liburán (nuestro barco vida a bordo) estaba allí, no teníamos que irnos en bus hasta el lugar de atraque.



Nos esperaba en un lugar alejado de los puertos tanto mercantiles, pesqueros o deportivos, en un muelle pequeño a las afueras de la ciudad, pero bueno eso era lo de menos, abordamos el barco y nos acomodamos en él, no era un barco lujoso, más bien bastante antiguo y usado, con muchas millas a su costa, pero estaba operativo y eso era lo que nos importaba. 


Al amanecer partimos hacia la reserva de Bunaken, donde hicimos varias de las inmersiones, espectaculares, infinidad de nudibranquios, inmersión en Barracuda Point, para avistar un gran tifón de barracudas, vida pequeña la verdad pero muy




interesante, desde Bunaken seguimos más al norte hacia las islas de Bangka y Ganga, inmersiones muy interesantes y llenas de sorpresas, era la primera vez que veía el pez mandarín, que está catalogado como uno de los más bellos del mundo, es una inmersión curiosa, nos sumergimos hacia el atardecer a la puesta de sol, lo que se denomina una inmersión 




“sunset” y fuimos hasta unas formaciones de coral grandes, la forma de avistarlos era quedarnos quietos en la proximidad y esperar, intentando no espantarlos o asustarlos, ya que viven entre el coral ocultos y es difícil verlos ¿por qué hay que esperar… agazapados…? Pues muy fácil, al atardecer cuando casi no hay luz, salen del arrecife en parejas para aparearse y es curioso verlos, sale la pareja juntos, unidos por el lateral, están unos segundos juntos y en el cortejo nupcial, el macho suelta el esperma que fecunda a la hembra, nada más hecho esto desaparecen en un abrir y cerrar de ojos.





Peces cardenal, cobra marina, peces sapo de diversos aspectos, peces hoja, en fin un sinfín de especies diversas y vistosas, pero desde ahí nos fuimos a lo que sería la estrella del viaje, el estrecho de Lembeh, una isla pequeña que está al este de Sulawesi norte, alargada muy cerca de ésta, por lo que forma un canal en sentido norte-sur, llamado “Estrecho de Lembeh” 





debido a la isla del mismo nombre, es un estrecho con bastante circulación naval, con un fondo de arena volcánica negra, en la que las poblaciones ribereñas vierten sus desperdicios y basuras, a simple vista nada atractivo ¿verdad? Los fondos marinos son además de con poca visibilidad, nada espectaculares en cuanto al paisaje, más bien tirando a “feo” pero… claro, si esto fuera todo, pues en efecto hacer diez mil kilómetros desde casa, para bucear en un lodazal,





 pues no tendría sentido, el “muck diving” es éste tipo de inmersiones, dónde lo verdaderamente importante es el tipo y la diversidad de fauna, más que flora que encontramos en estos fondos, si nadie te previene dirías que te has sumergido en el fondo de un lodazal, más o menos… Aris nuestro guía local, nos dio las instrucciones precisas “no paséis por alto nada… una lata, un zapato… una caja… cualquier objeto que se haya depositado en el fondo, es un escondrijo para cualquier habitante de la zona…” y en efecto así era, cuando comenzamos la inmersión la visión era horrenda… arena negra, aparentemente sin vida, 






sin rastro de seres vivos, pero fieles a lo que nos dijo Aris, inspeccionamos cada rincón que se nos ofrecía a la vista, empezamos a ver animales que no se nos habrían ocurrido que estuvieran, pulpo mimic… que se mimetiza y toma el aspecto de animales peligros y de los más venenosos, como un pez escorpión, o de la cobra marina o de un lenguado… etc. vida oculta sí, pero que está ahí y de lo más curiosa y variopinta, es para verlo más que para contarlo… creo que no sabría contaros las emociones y las vivencias, tan en primera persona, belleza, emoción, sorpresa, admiración, fascinación, interés, atracción, embeleso, paz, armonía… y así un sinfín de sentimientos todos positivos. 

Cuando esta zona la hubimos terminado, regresamos otra vez al punto de partida, haciendo alguna inmersión más en sitios visitados antes, pero que dado el interés que representaban resultaba interesante volver a visitar esos lugares. Como en el resort Paradise, que estaba cerrado al cuidado de un par de familia que velaban por mantener en la medida





de lo posible las instalaciones, pues curiosamente, hicimos una nocturna debajo del pantalán, poco profunda, pero de una riqueza de fauna increíble, fue fascinante, volvimos por Bunaken a Manado, desembarcamos y nos llevaron al Tasik Ria, nuestro resort para los tres días restantes, muy cómodo y muy exótico, para visitar lo zona norte y hacer algo de turismo.





 Fue muy curiosa las visitas, como no es una zona de monumentos salvo el cristo, el segundo en tamaño de todo el mundo, detrás en tamaño del de Rio… el Cristo Redentor, bueno éste de Manado, tiene una actitud algo más dinámica, está como lanzándose en salto base, pero sin paracaídas (par eso es el hijo de Dios… no le hace falta…) la paradoja era que, en un país eminentemente musulmán como es Indonesia, 


Sulawesi norte, es en un 90% de confesión cristiana, en distintas y variadas ramas, desde Católicos, Luteranos, Protestantes, Adventistas etc. y como estábamos en Semana Santa, había bastantes manifestaciones religiosas, no vimos procesiones como aquí en España, pero… en el lugar donde más iglesias por kilómetro cuadrado he visto es allí y todas abiertas al culto, hay como una especie de competencia aunque según nos dijo nuestro guía en tierra Cliff, (a mí el nombre me recordaba a un cantante de los sesenta “Cliff Richard” y en efecto nos contó que le puso ese nombre su madre que había sido fan de éste cantante), que no había disputas entre las distintas confesiones, simplemente si una 



 confesión cualquiera abría una nueva iglesia, el resto abrían al lado cada una la suya, como aquí cuando en una gran superficie se instalan las tiendas, que son todas las mismas en los centros comerciales. Nos llevó a ver el centro de la ciudad, pero también nos llevó al interior de la isla, al Cráter del Volcán Mahawu cerca de Tomohon, que está inactivo (o estaba) aunque desprende azufre, las lagunas interiores del volcán, están teñidas de amarillo en los bordes, es el depósito de azufre que queda después de la evaporación del agua, comimos en un restaurant del Lago Tondano, que tiene el agua 

verdosa, muy curioso… y comimos la comida típica de la zona de Tomohon, muy exótico todo, cuando digo todo, éramos hasta nosotros, en ésta zona no hay muchos europeos, de forma que se querían hacer fotos con nosotros cuando íbamos a algún pueblo, era muy emotivo, era como retornar a la ingenuidad de las gentes sencillas. Cuando se acabó nuestro tiempo en Sulawesi retornamos de vuelta, hicimos escala de nuevo en Singapur, aquí teníamos más de seis horas de escala, así que nos fuimos a ver la ciudad, el ambiente nocturno. 


Singapur resultó ser una ciudad moderna, cosmopolita y con mucha riqueza, se ve el nivel de la infraestructura y del parque móvil, los edificios modernos altos y luminosos, y un edificio clásico observaba la ciudad en la noche el Fullerton Hotel, me encantó esta ciudad…. 



Cuando terminamos la visita, vuelta al aeropuerto y de nuevo vuelta a casa… cargado de recuerdos, de vivencias, las vistas sobre los Alpes Italianos y el Lago de Orta con la Isla de S. Julio, muy cerca del Lago Maggiore, eran impresionantes la visión era

espectacular… y al poco tierras conocidas el Delta del Ebro, algo muy familiar… 

el viaje tocaba a su fin y ya pensando en la siguiente aventura, en el siguiente viaje... ciao amigos, hasta la vista.


(Cortesía de Santi)


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