miércoles, 28 de mayo de 2014

Bali

Bali, es un destino exótico y lejano… mucho tiempo soñado por mí, y al final se me dio la oportunidad de visitarlo, en viaje como siempre de buceo y una parte final de visita turística, es un país muy curioso, bueno pertenece a Indonesia, pero tiene estatus propio, de religión hinduista, mezclada con budismo… en un entorno islámico. 


Pero tienen independencia religiosa y casi política, era verano y volábamos con Emirates, hicimos escala en Dubai, pero no salimos del aeropuerto por el tremendo calor que hacia fuera, fue un viaje largo… con escala en Singapur, que por cierto tiene un aeropuerto precioso, por fin aterrizamos en Denpasar y nos llevaron por carretera hasta el Bayshore Villas, nuestro resort en Candidasa, a una hora de camino, después de casi 24 de vuelos y tránsitos, era lo que nos quedaba, pero la ilusión de iniciar un viaje muy esperado y soñado, hacía que todo fuera mucho más leve y llevadero. 




El hotel era a base pequeñas villas independientes, dos a dos, habitaciones amplias y baños, a cielo abierto, muy curioso. Éramos un grupo numeroso, el centro de buceo Benthos Bali, está regido por Antonio y Vanesa, una pareja encantadora que nos hicieron todo muy fácil,  muy bien organizado, 


ya que los puntos de buceo estaban todos a una media de una hora de amino por carretera, pero no teníamos que preocuparnos, solo de revisar el equipo que estuviera en nuestra cesta, luego ellos lo transportaban en pick ups hasta el sitio, 


y los buzos íbamos en un tansfer aparte, las inmersiones fueron muy variadas, la forma de entrar en el agua fue variopinta, desde playa como en Tulambén, o en pequeñas embarcaciones típicas en las que apenas cabíamos tres, con equipos incluidos en Amed, o en barco de casco rígido y grande, 




para ir a Nusa Penida, una pequeña isla (comparada con Bali) donde íbamos a un manta point, y a buscar al Mola Mola (pez Luna), la fauna es muy diversa, tanto vida pequeña como vida grande, puntas blancas, y tiburón gato, mantas rayas, nudibranquios, caballito pigmeo, mariposas porta estandarte, gobios, pez cristal, labios dulces gigantes, tortugas, 




sepias gigantes, peces hoja, morenas, peces payaso distintos, el buceo fue muy divertido y variado, en definitiva satisfactorio, la zona del indo-pacífico es abundante en todo tipo de especies, tanto animal como vegetal. 




El paisaje es de mucha vegetación, árboles frondosos, bosques de bambú, arrozales, y salpicado de casas construidas con piedra volcánica negra, que abunda mucho, no obstante todas las islas de la 




zona, pasan por el cinturón de fuego, la zona volcánica más activa del planeta, nos hizo un tiempo muy agradable en general, con alguna lluvia tropical, cuando íbamos por la carretera nos cruzábamos con innumerables desfiles de colegiales uniformados, 

ensayando para el desfile conmemorativo del día de la Independencia en Indonesia, que se celebraba próximamente, los balineses son muy religiosos, mantienen un fervor religioso para todos los ámbitos de la vida, las casas, tienen altares y templetes bendecidos, para hacer ofrendas diarias, incluso en los vehículos, llevan una pequeña cestita con las 



ofrendas a los dioses, para que les de suerte durante el día, hay altares por cada rincón, cuando el altar está consagrado le ponen un pañuelo a modo de pareo, de cuadros blancos y negros, en ese caso ya se le pueden realizar ofrendas, no obstante se calculan en Bali, unos 20.000 templos, pero se da la circunstancia que no están habitados por monjes, son para ceremonias públicas o privadas, 



pero si ha de oficiarse los servicios religiosos de un sacerdote, se le contrata, no hay una orden religiosa como tal, los balineses son muy amables y de modales educados, corteses y respetuosos, tienen una forma de convivencia muy social, todos participan en todo, toda la comunidad asiste a los sepelios, o las incineraciones, o a las bendiciones y consagraciones, de un negocio o un evento cualquiera, bodas, ofrendas multitudinarias a los templos o rezos, quizá entendieron desde los comienzos que la unión hace la fuerza, la prenda típica y unisex, es el pareo, los hombres lo llevan y las mujeres también, los hombres además llevan un gorro típico indonesio, en los templos todo el mundo 


tanto hombres como mujeres, han de ponerse pareo, como señal de respeto, si no llevas, ellos mismos te prestan uno que te ponen, la comida nacional es el arroz, claro está… se cultiva muchas veces en terrazas, la comida está muy condimentada, con especias. La vida en Bali, es placentera, terminado el buceo previsto, nos dedicamos a recorrer una parte de la isla y visitar los puntos de interés, como el teatro balinés, consistente en danzas y representaciones mitológicas, como la del Barong en Batu Bulán, con su música peculiar, a mi me encantó 




por la delicadeza de los movimientos, la representación se basa en la lucha de las fuerzas del mal y del bien, esto no es nuevo… pero lo representan con mucha delicadeza, los paisajes naturales son espléndidos como el Lago y el Volcán 


Batur, visto desde arriba la vista del lago es magnífica, después nos trasladaos a un bosque e bambú, el que explota el pueblo de Penglipuran, un 



pueblo pequeño que vive de la explotación del bambú, es como si saltaras en el tiempo, todas la casas de roca volcánica negra al más puro estilo balinés, con su templo local, es precioso, o el Templo Kahen, 



de ahí fuimos a la ciduad de Klungung, donde está el Palacio Kerta Gosa, un lugar donde se reunían los distintos reyes de Bali, para tratar temas comunes, tiene varias dependencias, es muy bonito y está muy cuidado. 


Pero el templo que más impacta en el Templo Madre (Pura Besakih) que es el más importante, está en la ladera del Volcán Agung, el más activo de Bali, es impresionante porque es un complejo de templos, es como el Karnak de Bali, 



la gente sube en procesión para hacer ofrendas y realizar el culto a los dioses, con sus mejores galas, desde ahí nos fuimos a comer, a un restaurante en Redong, para contemplar desde lo alto los arrozales, 


es una vista magnífica, un paisaje pintoresco, terminamos la visita turística en la Playa de Kuta, el paraíso de los surferos en Bali, 


descansamos en la misma playa, relajando el cuerpo y el espíritu, en un país donde el culto al espíritu es de lo más importante… el viaje fue auténticamente una delicia para los sentidos, la gente es muy amable, te traes un grata sensación… 



pero tocaba volver, para preparar el siguiente viaje, nos vemos pronto haciendo las maletas.

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