miércoles, 8 de enero de 2014

Mi Egipto (3)

después de aterrizar suavemente... nos recogieron con el transporte que nos llevaría a visitar por tierra los monumentos que acabábamos de ver desde el aire... embriagado aún por las vistas que mi retina todavía conservaba me subí al pequeño autobús y después de acomodarme e hidratarme, me dispuse a disfrutar de las vista por la ventanilla del bus, a no perder detalle del entorno, la tierra de los faraones, he de decir que este nombre no es exacto, "Faraón" no es realmente un título, ellos no se llamaban asimismos de este modo, esta palabra es una traducción del vocablo "per aa" transliteración de dos jeroglíficos egipcios, que vienen a decir "casa grande" o "el que habita en la casa grande" como sistema palaciego, conjunto de edificios de todo orden, que constituían el poder político, jurídico y religioso, la residencia del rey, los hebreos y luego los griegos acuñaron esta palabra para referirse el "Rey", hecho este inciso prosigo, desde algún punto cercano al pueblo de Al-Biirat el mini-bús se encaminó hacia la entrada principal del templo de millones de años de Amenhotep III (padre de Akhenatón) del que lo más representativo son los famosos Colosos de Memnón...donde hicimos la primera parada,



estaban colocadas en el pílono principal de entrada al templo que se extendía hacia atrás, era enorme un templo colosal como la estatuas sedentes del propio rey... terremotos, expolios e inundaciones se han cobrado su tributo, una vez admirado esto tomamos de nuevo el mini-bús y nos dirigimos hacia el Valle de los Reyes, pasando al lado del Ramesseum, o templo de millones de años del Ramsés II El Grande,




que dejamos atrás ya que había prisa por llegar al Valle de los Reyes, necrópolis real del Reino Nuevo, 
Dinastías XVIII, XIX y XX, los primeros enterramientos reales son tutmósidas, que eligieron éste escondido wadi, oculto a las miradas de todos para evitar sus saqueos (con escaso resultado) y concretamente éste a que está coronado por el pico del Qurn con forma piramidal, o la morada de Meretseger (la que ama el silencio) una variedad Hathor, pero siendo una cobra con figura humana, que velaba por la seguridad del Valle de los Reyes y por el descanso de los "faraones"
al no dejar fotografiar el entorno no tengo fotos del interior de la necrópolis, de camino a las tumbas, pasamos por la casa de Howart Carter, se la hizo construir cerca de las excavaciones y domina desde el alto, ahora es un museo conmemorativo

el interior del wadi, es caluroso... muy caluroso, el sol ya había escalado el horizonte y caía con fuerza, me imagino a los trabajadores de las tumbas, a los artesanos que las construían, bajo un calor sofocante pero dando de sí mismos todo su arte y todos sus conocimientos, para la grandeza del rey muerto, he visitado varias y son fascinantes, te introduces en las entrañas de la morada de Meretseger, metros y metros descendentes, auténticas obras de arte, pinturas y jeroglíficos que te llevan y te transportan a un pasado milenario lleno de esplendor, joyas de la arquitectura y de ingeniería, trabajo... mucho trabajo, sudor y arte... luego hablaremos de los constructores, una vez visitadas las tumbas de rigor, se pueden visitar tres cada vez, nos dirigimos de vuelta a Deir el Bahari, ya os dije anteriormente, donde está el templo funerario de la Reina Hatshepsut (hija, esposa y hermanastra de rey) que está a la espalda del Valle de los Reyes, lo vimos desde el aire, pero ahora teníamos la fortuna de verlo cara a cara...


construído en terrazas y en speo, es decir excavado en al roca, no es una tumba es un templo funerario dedicado a la reina, pero con una presencia reinante de Hathor, la diosa con cabeza de vaca y disco solar entre los cuernos, morada de Horus, a la que dedica una capilla en su parte izquierda, subes las rampas y te encuentras la columnata con figuras osiríacas de la reina... faltan muchas, otras incompletas (se achaca su destrucción a Tutmés III, su sobrinastro...pero no estoy de acuerdo, si hubiera querido destruirlas, hoy no quedaría ni sello...)


se aprecia el rostro de la reina, con policromía aún, es una belleza y emotivo contemplar la cara de la historia, aderezada con los atributos masculinos del rey, barba postiza, flagelo y bastón y coronada con la corona doble, la roja y la blanca (alto y bajo Egipto) o Sejemty y el ureus, magnífica representación

majestuosa y garante de muchos misterios por desvelar, visitamos la capilla de Hathor, y miramos arriba viendo la imponente mole de piedra que respalda el templo, sabiendo que detrás descansaban los reyes del reino nuevo, un escalofrío recorre mi espalda, inmersos totalmente en la historia más genuina del antiguo Egipto, es de ensueño...


y nos encaminamos a la salida, pero no sin antes detenernos un momento para divisar el panorama que se tiene desde aquí, desde la rampa principal...
esta rampa crea un eje que atraviesa el Nilo y se alinea con una de las avenidas de esfinges que dan entrada al templo de Karnak, es impresionante...bajamos por la rampa, me imagino la comitiva real, con toda la corte, sacerdotes, escribas, Visires y Gobernadores, Nomarcas, Nobles, Generales y los más allegados a la Reina, como Senenmut, arquitecto real y constructor del templo, dicen... dicen las malas lenguas (pero quizá no se equivoquen) que era el amante de la Reina, que incluso Neferura, la hija de Hatshepsut, era hija de él, no obstante lo nombró tutor... hemos terinado la visita a Deir el Bahari, bajo el calor nos dirigimos al transporte, en el que nos introducimos con ansia a disfrutar del aire acondicionado y a refrescarnos con agua... nos encaminamos a Deir el Medina... el Valle de los Artesanos" o como la conocían ellos "Set Maat" La Sede de la Verdad, ya que era donde residían los constructores de las tumbas...





este poblado entre Deir el Bahari y el Valle de las Reinas, se inició cuando Tutmés I, pasó de la construcción de mastabas y pirámides y busca un lugar para construir su tumba, para protegerla de los saqueos, manda construir un poblado para los artesanos, lejos de Tebas, secreto... los artesanos, tenían casa propia, todas las herramientas necesarias según su gremio y les abastecían de todo lo necesario, alimentos, agua ropa y protección con una dotación militar, pero no dejaban de estar encerrados en un lugar del que podían salir sólo con permisos expresos del Rey, no obstante "Set Maat" estaba bajo la supervisión directa del Rey, aún así tenían un tratamiento especial, se administraban su propia justicia, al estar alejados de Tebas, no hacía falta que se sometieran a los tribunales tebanos, los conflictos y delitos se dirimían y se castigaban allí mismo, con un juez que se nombraba entre ellos y al que se obedecía en sus veredictos. Los artesanos estaban organizados en cuadrillas, regidas por capataces, en los días de descanso podían trabajar para ellos en caso de necesidad, es decir, por ejemplo el carpintero podía hacer muebles a cambio de otros trabajos para él, hacían trueque con sus habilidades. Cada día se trasladaban hasta el Valle de los Reyes, caminando al anochecer, y haciendo un alto en unas cabañas a medio camino, para descansar y proseguir viaje, se construían sus tumbas allí mismo, tenían su propia necrópolis, se pueden visitar algunas, como la de Sennedjem o la de Inherkhau, maestros artesanos, no son muy grandes, pero están muy bien decoradas, con pinturas y jeroglíficos que nos muestran todo el colorido y su belleza.




El poblado estaba delimitado con una muralla, y dos calles principales, con otras más pequeñas, las casas eran de una planta, pero con una terraza superior con acceso interior, que se podían heredar de padres a hijos, al principio eran cuarenta casas, pero en el reinado de Seti I y Ramsés II, se construyeron dentro diez más y fuera del recinto otras setenta, disponían de un templo dedicado a Hathor que reconstruyó Ptolomeo XII, con su propio recinto





se mantuvo vivo el poblado y activo durante 500 años, hasta que se fue abandonando, a principios de la D. XXI aunque en época ptolemaica tuvo un nuevo resurgir que no duró mucho, terminada la visita al templo nos trasladamos bajo el sol abrasador al transporte camino de Medinet Habu...



donde nos encontramos el templo de millones de años de Ramsés III de la D. XX (llamada ramésida, pues excepto el primer rey, todos se llamaban Ramsés) Ramsés III fue el segundo rey de la D. XX e imitó a su antecesor Ramsés II, al que copió en la iconografía y en la forma de perpetuar su nombre, cartuchos muy hondos en la piedra, para no poder sobreescribirlos, como hiciera su antecesor, este Rey fue el más importante de esta dinastía, se enfrentó a los llamados Pueblos del Mar, una invasión marítima y terrestre, procedente de los Balcanes y Asia Menor, al dominar esta invasión culminó su reinado, 





adosado al templo quedan los vestigios de su palacio, en el que se mantuvo apartado de Tebas durante muchas etapas, durante su reinado se produjo en "Set Maat" lo que se conoce como la primera huelga, de la que se tiene registro y está documentada, por la escasez de alimentos que había en el pueblo de los artesanos. Murió víctima de las intrigas palaciegas, dirigidas desde el harem real, por la disputa del trono, orquestada entre los hijos herederos y las madres de éstos. 




Las visitas a los monumentos tebanos, nos dejaron un gran sabor de boca... y un baño en la historia del antiguo Egipto, que jamás olvidaré, después... volvería a mi dormitorio a descansar y a rememorar, paso a paso... todo lo vivido durante el dia, tenía tanto en lo que pensar y repasar, admirar y almacenar en mi memoria, que sentía incluso el aire del abanico, del portador del abanico real... con el que refrescaban al rey, así me sentía... en otro momento retomaremos experiencias en Egipto, concretamente en El Cairo... pero antes, viajaremos a otro lugar... hasta pronto amigos.

2 comentarios:

  1. Rememorar los viajes, es vivirlos de nuevo...con nuevos matices.
    Mucho, muchísimo trabajo detrás de esta publicación y disfrutando ¡¡¡que es lo bueno!!! Un abrazo.

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    1. Así es Marga, cuando cierras los ojos y vuelves a ver las imágenes que tu retina guarda, vuelves a pasear y a sentir el calor del sol, sientes la arena, y vives de nuevo el momento. Pero para mí además de eso, lo que me gratifica es compartirlo. Gracias amiga, un abrazo fuerte.

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