sábado, 14 de diciembre de 2013

Mi Egipto... (2)

...el madrugón fue impresionante, nos venían a buscar para trasladarnos a la otra orilla, la occidental donde reina Ptah, junto con Osiris dioses del inframundo y de los muertos respectivamente, los que cuidan y guían a los difuntos a encontrar el otro lado y ayudarles en la resurrección... un transporte nos llevó al embarcadero y en una motora, nos cruzaron y llevaron donde nos esperaba otro transporte, pero mientras cruzábamos nos ofrecieron té y pastas, subimos al transporte que nos dejó cerca del templo funerario de la reina Hatsepshut, en una explanada, dónde ya al llegar vimos gente en pequeños grupos alrededor de los globos aerostáticos que estaban inflando...





el espectáculo era impresionante, estaba amaneciendo, es la mejor hora para la navegación aerostática, la atmósfera está fría y en calma, por lo que no hay turbulencias, sólo en las capas más altas los vientos dominantes te guiarán por donde se supone que está planeado... el globo ascendió lentamente, la emoción reinaba en mí, íbamos dejando tierra firme despacio y sin sobresaltos, hasta una altura no demasiado grande, por lo que la vista de la tierra era perfecta, divisábamos un área enorme de "Kemet" el país de la tierra negra, así lo llamaban los antiguos egipcios, por el limo que depositaba el río cada año en sus crecidas... empezamos viendo el templo de la reina por excelencia, Hatshepsut...



hija de Tutmés I, hermanastra y esposa de 
Tutmés II y tía y madrastra de 
Tutmés III, toda un
a historia detrás y un personaje muy interesante, suavemente nos desplazábamos y sobrevolamos los Colosos de Memnón, las dos estatuas sedentes de Amenhotep III (padre de Akhenatón) es lo que queda de su templo funerario, las colosales estatuas estaría a la entrada, pegadas el primer pílono, a modo de las de Ramsés II en Luxor, continuamos despacio y tranquilamente  muy cerca de Deir el Medina, o pueblo de los artesanos, La Sede de la Verdad, aquí vivían los obreros y artistas, que construían las tumbas, del Valle de los Reyes y de las distintas necrópolis tebanas de los alrededores, aislados para no ser descubiertos y preservaran los secretos de las tumbas de los reyes y reinas, tenían sus propias tumbas en el poblado, algunas muy interesantes y bien decoradas, como las de Irinufer y Sennutem, maestros artesanos del poblado...




dejamos atrás el Rameseum, o templo funerario de Ramsés II El Grande, y Al Qurnah, la montaña con forma de pirámide que alberga el Valle de los Reyes, con las necrópolis diversas que existen en su alrededor, Tumbas de los Nobles de Tebas, Valle de las Reinas, y otras necrópolis privadas del tiempo de los Faraones...y así llegamos hasta Medinet Habu, donde encontramos el templo de millones de años de Ramsés III, de la D.XX, del Reino Nuevo, no era hijo de Ramsés II, aunque éste imitó en casi todo a su antecesor...



amanecía ya... y la vista era impresionante, Ra iluminaba Kemet, nacía de nuevo como lo venía haciendo desde la eternidad, la fascinación me invadía, tenía a mis pies, tantos monumentos importantes y milenarios, tanta historia que abarcaban mis ojos, que no era capaz casi de articular palabra (y ya es raro esto... ) hasta que el viaje fue dando a su fin, el globo fue descendiendo poco el Patrón del aerostato, controlaba muy bien la navegación... descendimos en unos campos de labranza, salieron a nuestro encuentro unos niños que se dirigían a la escuela muy temprano, y nos vinieron a recoger con un camión y un autobús, tenían que llevarse el globo y la cestilla, las gentes de allí hicieron unas ceremonias para agradecer que el viaje había ido sin contratiempos, nosotros también lo agradecimos...





la experiencia fue muy bonita, y muy gratificante, la sensación de volar es magnífica, las vistas de los templos y valles, impresionante, pero ver elevarse a Ra, por el horizonte fue todo un espectáculo, así entiendes porqué los antiguos egipcios divinizaran el disco solar y lo consagraran como uno de los dioses preferentes y más importantes, después de el viaje aéreo fuimos por carretera a visitar a pie, todos los monumentos que vimos desde el aire... aquí vamos a hacer un alto, para iniciar el viaje en otro momento, descansaremos... hasta pronto... 


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