domingo, 7 de julio de 2013

Viaje al Mundo del los enigmas...

La Maldición de Tut Akh Amon


Una de las cosas que más atrae del antiguo Egipto, de la civilización que a lo largo de cinco mil años, prosperó en el Valle del Nilo, además de sus innumerables vestigios de todo tipo, es todo lo referente al aurea de misterio que envolvía la vida de estos milenarios habitantes, sobre todo la Magia, magia con mayúsculas. De sobra conocido es que los sacerdotes egipcios, el conocido clero de Amón, manejaba sortilegios y fórmulas mágicas para guiar el alma, para guiar el espíritu, e incluso para sanarlo. No obstante nos han llegado infinidad de papiros mágicos hasta nosotros, algunos parte del Libro Egipcio de los Muertos, éstas fórmulas trataban de llevar con buen fin el Ka del difunto ante Osiris, dios supremo por excelencia de los muertos. Bien, este aura de misterios ocultos, este aura de magia controlada desde la antigüedad, unido al célebre descubrimiento de la tumba intacta del ReyTut Ankh Amón, disparó la creencia de la maldición del Rey, extensiva al resto de faraones, momias y demás mundo de lo ultra terreno. Relatemos la historia del descubrimiento de los descubrimientos arqueológicos egipcios por excelencia, quizás el hecho más importante en la corta “vida” del ReyTut (a partir de este momento, lo vamos a “Tut-ear”) la famosa maldición que estaba escrita sobre la entrada a la tumba decía: "La muerte vendrá con alas ligeras sobre todo aquel que se atreva a violar esta tumba" increíblemente, la pared sobre la que estaba escrita fue derrumbada por torpeza de los excavadores nativos de la tumba, pero los hechos acaecidos a partir del descubrimientos de la momia del faraón se pueden describir como sorprendentes cuando menos, corría el año 1922, cuando Howard Carter, financiado por el aristócrata inglés Lord Carnarvon excavaba hacia ya varios años, en busca de la tumba de un desconocido hasta entonces Rey Tut, empresa que otros arqueólogos habían desestimado sucumbiendo al cansancio y la desorientación, al no encontrar vestigio alguno en el Valle de los Reyes, debido a que la entrada de la tumba estaba totalmente oculta bajo escombros, unos debidos a derrumbes naturales producidos por el aluvión en las contadas ocasiones que se producían lluvias en este lugar, otros curiosamente producto de otras excavaciones de tumbas adyacentes que utilizaban este lugar para desescombrar, pero el hallazgo fortuito y sin embargo  ilustrador de un objeto con el cartucho del ReyTut, hizo excavar en las cercanías, hasta dar con los dos primeros escalones de una misteriosa escalinata que descendía hacia el corazón del Valle. Carter abandonó toda búsqueda y se centró en esta escalinata, sacando toneladas de escombros y rocas, su búsqueda por fin dio sus frutos, llegó hasta una puerta que tenía los sellos rotos, en principio parecía que no había suerte, al parecer unos primeros saqueadores de tumbas, que normalmente esperaban a que terminaran las exequias del entierro del Faraón, para acto seguido abrir los sellos reales y profanar lo “sagrado”, en estos momentos se cernía sobre ellos la primera de las maldiciones, ya que si eran descubiertos “in fraganti” lo que les esperaba a continuación… no era precisamente un premio, las más horrendas torturas, para la más horrendas de las muertes les aguardaban, violar el descanso eterno del Faraón y profanar su segundo Palacio, era castigado de inmediato, esto debió ocurrir porque aún había instrumentos usados en el intento de saqueo, pero la segunda puerta al final de un largo pasillo estaba intacta… la emoción, el júbilo y la euforia hicieron que el corazón de Carter, saltase como un caballo desbocado, pues al llegar hasta la puerta intacta, después de golpearla ligeramente y constatar que había una estancia al otro lado, con un taladro de mano y no sin algún esfuerzo por su parte practicó un orificio que comunicó el mundo de los vivos, con el mundo callado y en silencio del Rey Tut, por el agujero practicado salió un chorro de aire cálido corrompido y estancado por más de tres mil doscientos años… que hizo titilar la vela que llevaba Carter, a la luz de esa pequeña bujía intentó atisbar lo que se ofrecía a la vista en la estancia… a esto Lord Carnarvon le preguntó: ¿qué ves…? A lo que Carter moviendo la cabeza afirmativamente, contestó: “veo cosas maravillosas….” Es una de las frases más célebres de la historia de la arquelogía y de la historia en general, hay que ponerse en su lugar e intentar comprender lo fascinante, histórico e irrepetible del momento… algo único, sabiamente Carter y Lord Carnarvon, ese día no prosiguieron la excavación, se retiraron, dejaron una guardia armada durante 24 horas, para custodiar el lugar y  volvieron al día siguiente para derribar la puerta que los separaba de la historia en directo, un viaje al pasado… mirar de frente a un Faraón que había paseado, vivido, sufrido y disfrutado hacía más de tres milenios, objetos… joyas…. Armas y ajuar funerario y personal, que usó en vida un personaje con identidad… del Antiguo Egipto, un Faraón, el dios viviente. 




Lo extraordinario del descubrimiento, la frase amenazante y la sospecha de que Tut, había sido asesinado fueron el caldo de cultivo para la psicosis de muertes vengadas por la momia de Tut… aquí tenemos la maldición en acción. A los tres meses del descubrimiento el Lord inglés, era picado por un mosquito, picadura que se complicaría por la falta de una higiene adecuada (recordemos, que estamos en El Cairo hace un siglo aprox. no había antibióticos…) y daría lugar a una septicemia generalizada que se llevaría al aristócrata, junto con Tut al más allá, lo verdaderamente curioso, es que a seis mil kilómetros en Inglaterra, en su castillo su perra fox terrier, Sue aullaba hasta morir y en el momento que la enfermera anunciaba la muerte de Carnarvon, se produjo un apagón en todo 



El Cairo, sin causa aparente, esto corrió como la pólvora lo que provocó una psicosis de venganza de ultra tumba, misteriosamente se produjeron algunas muertes de personas relacionadas, con el descubrimiento, personas que habían intervenido, o presenciado la profanación de la momia, se han relacionado hasta 21 casos de muertes, sin explicación aparente o misteriosas… ni el canario que Carter llevaba en una jaula para amenizar con sus cantos y gorjeos los duros trabajos, se libró… cayó abatido por una cobra… curiosamente el símbolo del Bajo Egipto, curioso… ¿casual? 

Bueno no tengo elementos de juicio para determinar, quizá se ha tendido a darle un halo enigmático a todo esto, a aderezarlo con una historia de fantasmas ni más ni menos… hay un hecho que también se ha constato y que le quitaría romanticismo al misterio de la momia, y es lo sintomático que algunas de las víctimas presentaban, cuadros clínicos muy parecidos, cansancio… fiebre… infecciones diversas… agotamiento y fallos cardiacos, se elaboró la hipótesis de envenenamiento por algún tipo de bacteria, hongo o virus, latente durante todo el tiempo o producido por la descomposición orgánica producida dentro de la tumba, esto sumado a que en algunos casos no se produjo una muerte natural en una cama de hospital, sino mientras conducían, trabajaban o realizaban alguna actividad, daba con toda una suerte de muertes violentas y  poco o nada explicadas. Después a lo largo de muchos años, se han querido sumar otras muertes, que aunque no tuvieron que ver con el descubrimiento en sí, estaban relacionadas con el manejo y manipulación de los objetos y tesoros del Rey  pero que a mi entender solo ha servido para añadir más desorientación y confusión a la historia, no parece que tengan rigor científico…



pero yo por si acaso, cada vez que he mirado a los ojos a la máscara funeraria de Tut, he bajado la mirada en señal de respeto  a un Rey ue aunque joven, reinó en el Alto y el Bajo Egipto, y fue dueño y señor del País de las dos tierras. 
Descansa en Paz Tut Ankh Amón protegido de Horus, que Osiris vele por tu Ka, para que encuentre a Ra en la otra orilla del Nilo cada día y lo ayude a renacer para que alumbre tu Gran País.

(las imágenes, son fotogramas de la filmación que hice en el Museo de Antiguedades de El Cairo)

2 comentarios:

  1. Nuestro querido Tut ¡¡¡¡todo un clásico!!!
    ....no me puedo creer que tuvieras el privilegio de filmar en el museo, eso hoy es imposible....gguuauuu.

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    1. ya te digo... debí ser de los último que tuvo esa suerte... mi hermana quince días más tarde ya no pudo fotografiar, ni nada... esto fue mayo de 2004, pero algo inaudito en mí, llevé cámara de vídeo y no de fotos... ésto son fotogramas de la filmación...

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