martes, 18 de junio de 2013

Aquellos chalados... en sus viejos cacharros...


Volar... viajar por el aire, como pasajero es fantástico, volar hacia algún sitio, es ideal y sinónimo de aventura, ampliar horizontes, esto está muy bien y no renuncio a conocer, saber, explorar... pero ahora me refiero a volar, pilotar... pero cuando se convierte en pasión es otra cosa,





quedan en el recuerdo aquellos intrépidos pilotos, que se exponían a todo, navegar sin apenas instrumentación, el romanticismo del aire, esos viejos chalados y sus locos cacharros voladores, ya que se mantuvieran en el aire era todo un logro... un milagro... 





proezas que pasan hoy día desapercibidas, navegar es fácil, instrumentación y navegadores, indicadores que todo te lo dicen y te informan de la salud del aparato en cada momento, motores a reacción potentes, sin quitar ningún mérito a todo aquél que se pone a los mandos de un avión de hoy dia, tenga el tamaño que tenga, para mi ya merece todos mis respetos, tengo que añadir, que los viejos aparatos, que ya solo el hecho de despegar era toda una aventura, aparatos construidos con madera y lona, con motores de hélice que se ponían en marcha al tirón, se arrancaban a mano tirando de la pala de la hélice para cebar los motores, ya esto suponía un riesgo para el auxiliar que tiraba de la hélice hecha de madera, madera muy dura y muy bien trabajada para darle la forma adecuada, hoy día se siguen pilotando ejemplares únicos en muchas de las ocasiones, supervivientes de una época de gloria en los aparatos que hacían rugir motores de explosión, que sin embargo emitían una melodía que encandila, el ruido de un viejo motor de aviación evoca épocas pasadas, donde volar era todo un mérito, y los amantes de la aviación que hacían giros imposibles, piruetas en contra de las leyes de la gravedad, arriesgaban cada segundo su vida, pero no les importaba, o no les importa dado que en la actualidad siguen estos viejos románticos, haciendo que se mantenga el espíritu de la aviación, "locos" sí, locos maravillosos...






despegar desde pistas de hierba, de tierra... sin torre de control que te dan instrucciones a veces con carlingas sin cerrar,  con el viento en la cara, volando libres como aves enormes, que surcan el aire y vuelan juntas como hermanas, compartiendo un viento amigo que empuja sus alas... es emocionante, sentirse suspendido en el aire, cerca del cielo...





es fascinante participar en una actividad como ésta, en un medio antinatural para el ser humano, pero que ha logrado conquistar, volar siempre ha sido un sueño para el hombre, da sensación de libertad, de no tener fronteras naturales de ninguna especie, sin obstáculos ni limitaciones... dejar abajo la tierra que pisas y dar piruetas, caer en barrena,  realizar toneles, o rizar el rizo, looping completo... hacer lo imposible...




pero a veces, esta pasión... cuesta, cuesta mucho... la vida incluso, vida entregada en aras del disfrute de los demás, por mantener viva la emoción y la aventura de volar, pero con romanticismo, con amor  por tu afición, eso... eso es vocación...y como en mi caso, confieso que vocación frustrada, mantengo mi admiración por todo aquello que vuela, por los antiguos aparatos, que aún hoy día con la voluntad y la entrega de los "chalados por sus locos cacharros"  me hacen emocionar cuando los veo surcar los aires raudos, cierro los ojos y me veo a los mandos de estas viejas máquinas voladoras...  mi aplauso por todos aquellos que viven esta vocación y para aquellos, que ya no viven por causa de ella y silenciosamente se unieron al aire que los sustentó un dia...



Peter
(fotos tomadas en las exhibiciones aéreas de la FIO en Cuatro Vientos)

2 comentarios:

  1. Buenas noches, Pedro. Me encanta tú blog. Creo que voy a ser asidua de el. Lo de los aviones me gusta mucho.
    Un saludo.

    Sonia

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    1. Encantado Sonia... un placer tenerte por aquí, gracias por tu comentario, a ver si cuando se reanuden las exhibiciones en Cuatro Vientos, coincidimos en alguna. Saludos.

      Peter

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