miércoles, 20 de noviembre de 2013

Mi Egipto.... (1)

Recuerdo los nervios del momento en el faltaban unos minutos, para acceder por la pasarela a un avión de Egypt Air, con destino Luxor, en el que sería mi primer viaje a Egipto, " mi viaje soñado"... era mediados de mayo, en Madrid llovía y hacía tiempo inestable, por lo que llevaba manga larga y cazadora fina. Me parecía mentira estar a punto de realizar este viaje. Iba solo, me refiero sin pareja, con tres amigas que me brindaron la posibilidad de ir ya que lo habían gestionado por un organismo oficial. LLegamos a Luxor a las 16.00 hora local de Egipto, en vuelo directo. Una vez autorizados por la tripulación a salir del aparato nos dispusimos a salir del avión y... horror, al salir a la plataforma de la escalerilla de avión, creí morir... de una temperatura de 21 o 22 grados en el aparato, salíamos bruscamente a unos 35 ó 36 grados en el exterior, abrigado con manga larga... y una cazadora en el brazo... el sofoco era inmenso, el aire que respiraba era caliente, bajé como pude la escalerilla y nos dirigimos al edificio de la terminal del aeropuerto, pero... no debía funcionar el aire acondicionado, insoportable, hacia un calor insoportable, mis pensamientos eran confusos ¿este calor me acompañaría todo el viaje...?  porque si esto era así, no duraba dos días. Nos recogieron y nos llevaron al Templo de Karnak, yo creí que nos llevarían a la motonave, para dejar el equipaje y cambiarnos, no... nos llevaron directamente al templo, ya que nos integrábamos en un grupo de españoles, que ya estaban allí.



Era imponente el templo, o mejor dicho conjunto de templos, dedicados a la Tríada Tebana, los dioses Amón, su esposa Mut y su hijo Jonsú, con innumerables pílonos, salas, capillas y estatuas dispuestas por todos lados. 


La sala hipóstila es absolutamente sobrecogedora, columnas de casi veinte metros de altas, y dos metros de diámetro en la parte baja, un bosque de columnas en el que el hombre se siente insignificante, quizá ese era el objetivo. Recorrimos muchas estancias, pero quedaron otras muchas, llegamos al escarabajo en el pedestal, que según las creencias hay que dar 3 vueltas para volver, 7 para tener suerte etc. yo de hecho se las dí y he vuelto varias veces a Egipto, a mi me funcionó.
Después de deambular mucho, maravillados... pero abrasados por el sol, salimos por la avenida de esfinges o Dromo, que une el Templo de Karnak, con el de Luxor. Parecía que la aclimatación iba funcionando, después de adaptarnos, beber agua y descansar.
Es impresionante ver la hilera de esfinges criocéfalas en este segmento, faltan muchas, pues la avenida de unos dos kilómetros setecientos metros, estaba flanqueada por éstas esfinges, se quiere unir de nuevo ambos templos y así llegamos al Templo de Luxor, dedicado a Amón.




LLegamos al primer Pílono, o muros que flanquena cada puerta, altos imponentes, a la entrada se pueden observar las esfinges, que aquí tiene cabeza humana, varias estatuas de Ramsés II, dos de ellas sedentes, y un obelisco y el emplazamiento de otro, que se encuentra en la Plaza de la Concordia de París.Entras a través de una hilera de columnas enormes y altas apuntando al cielo.

Este templo es de menor escala que el de Karnak, pero muy bello, de unas proporciones armoniosas, éste templo está dedicado al dios Amón. Todos los años realizaban una una procesión para realizar la fiesta Opet, traían desde Karnak, la estatua de la diosa Mut, esposa de Amón, para realizar la ceremonia de la regeneración, era muy importante debía ser todo un espectáculo. En uno de los laterales hay un museo al aire libre, con cientos de restos y de estatuas, pendiente de reubicar.
En el interior del templo hay una mezquita, construída para guardar los restos de Abu el Hagag, apóstol del Islam.
Aunque también fue templo cristiano quedan los testigos al final del templo donde se pueden ver paredes con pinturas coptas y columnas de estilo corintio con bobedillas a modo de altar.
Así terminó la visita por este dia... al dia siguiente muy temprano, cruzamos el Nilo, dirección a la orilla occidental, dedicada a los muertos, es donde están los templos funerarios y las necrópolis tebanas. Mi excitación era máxima, iría a visitar el Valle de los Reyes entre otros lugares... pero esto, queda par la siguiente entrega. (cont.)

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